¿FOTOGRAFÍA DE STOCK O ENCARGO FOTOGRÁFICO?
Hace pocos días recibí un enlace de una web profesional que una amiga había publicado como parte del lanzamiento de su nuevo negocio, realizada por una empresa especializada. Me gustó bastante: sencilla, elegante y centrada en los contenidos, y con unas fotografías excelentes, de stock, de empresas dedicadas a la venta de imágenes. La casualidad hizo que esa misma tarde, revisando Facebook me llamara la atención un cartel de una carrera familiar a beneficio de una buena obra social, y lo hiciera por la bonita foto que se utilizaba como fondo, la misma foto de la web de mi amiga.
Las agencias de microstock fotográfico, como así se conocen comercialmente, están en auge. La verdad es que para los compradores de grandes cantidades de imágenes es un servicio excelente: fantástica variedad, buena calidad, comodidad, y normalmente precios muy baratos. Al principio estas empresas captaban a los fotógrafos con la frase, <<para qué guardas las fotos de tu viaje en el ordenador, sácales rentabilidad>>. Pero eso era antes, hoy día los requisitos de calidad que las empresas de stock exigen obligan a una dedicación y trabajo concienzudo del fotógrafo, a unos precios que mejor no comentar. Pero alguien dirá que eso es el mercado, que son las nuevas reglas del juego global, y te adaptas o desapareces.
Pero hay al menos tres objeciones a tener en cuenta, bajo mi modesto punto de vista y después de llevar ya varios años trabajando para algunas de las mejores agencias:
La primera y más importante, la falta de exclusividad. Es el caso de la web de mi amiga: su misma foto puede aparecer en otros productos o servicios que pueden ser tomadas como una anécdota sin más, o puede tener una alta repercusión si la imagen es utilizada por su misma competencia o en un producto al cual no le gustaría ver asociada su marca.
Una segunda objeción: la “generalidad” de las imágenes. Si tienes una peluquería podrás encontrar sin mucho esfuerzo cantidad de fotos de chicas y chicos con unos peinados estupendos para mostrar en tu escaparate, como otras tantas fotos muy parecidas en escaparates parecidos. Si quieres diferenciarte de tu competencia, utiliza imágenes más personalizadas. Esos mismo chicos, pero sentados, por ejemplo, dentro de tu establecimiento y siendo tú quien los peina. Ya no digo nada, si además quisieras que apareciera tu producto en concreto, la esquina de tu establecimiento, o cosas precisas que en las agencias no vas a encontrar.
La tercera y última, es que a veces el precio de la imagen de stock no es tan barato, o tan apreciablemente barato con respecto a la de un reportaje fotográfico. Si somos grandes consumidores de imágenes, como revistas o agencias de publicidad y tenemos una subscripción, entonces sí, por 175€ al mes podemos tener acceso a más de 20 imágenes al día con una calidad de imagen para web. Pero si los tamaños son para impresión, o si solo necesitamos, por ejemplo, 25 para nuestra imagen corporativa, nuestra web, o la decoración de una tienda, los precios pueden ascender a los 180€, en línea ya con lo que puede ser un reportaje fotográfico, donde evitamos los problemas anteriores.
Son las leyes del mercado, pero no siempre unas leyes ventajosas para proveedores y clientes.