El eterno dilema del fotógrafo es qué equipo fotográfico me llevo de vacaciones, y la respuesta nunca es fácil: depende. ¿De qué depende? Pues de demasiadas cosas, peso que llevaremos, seguridad de nuestro equipo, equipaje limitado por las compañías aéreas, climatología, tipo de viaje, expectativas de uso de las imágenes…

Lo ideal sería una cámara compacta de buena calidad con una óptica que abarcara desde un angular equivalente a un 16 mm hasta un tele 200 mm, y así llevamos todo puesto sin tener que cambiar objetivos, peso reducido y discreto. Pero siempre nos queda la duda de si durante el viaje aparecerá esa foto fantástica que siempre andamos buscando, y entonces el equipo se verá comprometido en sus prestaciones.

Andar varios días con una dslr de al menos un kilo más el objetivo, otro tanto, se hace cuanto menos incómodo. Otro factor que a mí me preocupa es la discreción, no ya por la seguridad del equipo y mía, si no por el efecto que causa en las personas cuando fotografías una plaza o calle, parque o estación de metro con tu cámara con un tele de bastantes  centímetros de longitud. Para la foto recuerdo, casi todo equipo cubriría las necesidades, pero pensamos en imágenes especiales, nocturnas urbanas, en la “hora azul”, en zonas poco iluminadas, o de alto contraste, y aquí, el equipo, ya cuenta mucho. Filtros, tarjetas, baterías, trípode, disparador a distancia, un par de objetivos… Suma y sigue.

Desde la escena de paisaje, urbana, arquitectura, hasta la de detalle, personas, objetos, animales, deberemos cubrir un rango aproximado de 16 mm hasta 200 mm. Los objetivos todo terreno cubren este rango, pero la calidad es reducida. Para la foto especial, un 50 mm de buena calidad y luminosidad.

Como resumen, en mi último viaje, mi equipo fotográfico con el que “tiré” fue  la 5D, el 24-70mm f2,8, y un segundo objetivo, 70-300mm f 4-5,6, tres tarjetas, dos baterías, un polarizador, un filtro degradado neutro y un trípode ligero. El resultado, contractura en la zona del cuello. Es broma, pero para las excursiones en bicicleta y en canoa, no era el equipo ideal.

Así que para la próxima, seguiré con el dilema.

Típica imagen de Amsterdam, sus bicicletas y canales.

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Grupo de gaviotas acompañando al ferry que une Holanda con las islas Frisias

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Familias disfrutando de un soleado día en Amsterdam

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